miércoles, 23 de mayo de 2012

México: La biodiversidad de su cultivo básico, el maíz, está en riesgo.

Foto de Reuters tomada de Le Monde
El periódico Le Monde , en una edición reciente, da la alerta para México: La biodiversidad de su cultivo básico, el maíz, está en riesgo. Un estudio de carácter científico conducido por investigadores mexicanos, americanos y holandeses ha demostrado que ya se presenta una contaminación genética proveniente de organismos artificialmente modificados, los famosos OGM's, entre las variedades tradicionales cultivadas en el estado de Oaxaca.
Esto, a pesar de la moratoria que había impuesto el gobierno mexicano en la utilización de semillas transgénicas de las que se teme -con aparente razón- que terminen destruyendo las características de origen que dan a ciertas apreciadas variedades de maíz mexicano su sello distintivo y original.
El resultado de esta destrucción sería una pérdida grave de la biodiversidad del maíz mexicano que ha podido preservar hasta la fecha las características genéticas de un número importante de variedades de esta gramínea, originaria precisamente de mesoamérica y que fue introducida a europa por los conquistadores en el siglo XVI.
"La cuna del maíz, México, contaminada por las OGM" (organismos genéticamente modificados), dice el encabezado de la nota del rotativo más influyente de Francia. Y la alerta que esta información plantea no podría ser más grave.
 
Elena Alvárez, del Instituto de Ecología de la UNAM, en colaboración con un grupo internacional de científicos ha llegado a esta conclusión, cuyo riesgo ya había sido advertido con anterioridad por biólogos de la Universidad de California, que desde el 2001 habían publicado un artículo controvertido señalando una contaminación de los maíces criollos, tradicionales de la región de Oaxaca, por los genes del RR (Roundup Ready), semilla producida por la transnacional Monsanto. En ese entonces, la información fue desestimada y los científicos norteamericanos terminaron acosados por los medios, aparentemente alentados por la empresa dominante en el mercado de los OGMs.
 
En esta ocasión, con un estudio más detallado, que ha sido o será proximamente publicado por la revista científica Molecular Ecology, el grupo de investigadores encabezado por la bióloga mexicana, demuestra suficientemente que el riesgo y la amenaza se han visto cumplidos y que por las prácticas agrícolas tradicionales que se siguen en Oaxaca y en general en México, pueden acelerarse en el futuro inmediato.
El estudio basado en análisis moleculares ha sido calificado de gran calidad por expertos en la materia y llama la atención el comentario de los investigadores en el sentido de que encontraron serias dificultades para publicar sus conclusiones, debido a la reticencia de los medios especializados de manejar la información "para no ataer excesivamente la atención de los medios sobre un tema del medio ambiente sensible políticamente".
 
La pregunta que se hace el medio de especialistas es de cómo, con la moratoria impuesta por el gobierno federal a la importación de semillas OGMs, éstas han podido migrar hasta lo más profundo de las montañas oaxaqueñas, sin mencionar desde luego su presencia en el Estado de Sinaloa, principal productor de maíz de México, y aún en Milpa Alta en la periferia de la Ciudad capital.
 
La respuesta que se da a este enigma en primera aproximación, es que ciertos agricultores poco escrupulosos han introducido ilegalmente las semillas transgénicas a México y también se señala con el dedo acusador a la firma Pioneer provedora importante de semillas de maíz híbrido que las pudo haber distribuido a los pequeños productores a través de los programas de ayuda gubernamental a los campesinos, hipótesis que se refuerza por el hecho de que aparentemente el 30% de las semillas que maneja Pioneer está contaminado por OGMs, de las que Monsanto ha impedido su etiquetación.
 
El caso concreto planteado en el estudio, es que un 1% de las tierras cultivadas analizadas en la investigación se encuentra ya afectado, lo cual es un porcentaje que definitivamente justifica la alarma ya que ocurre a pesar del veto a la importacfión existente.
 
Los autores del estudio llaman a reforzar las medidas de bioseguridad para ayudar a preservar las variedades nativas del maíz, sobretodo en México país que es el centro del origen y en el que existe, hasta la fecha, posiblemente la más elevada diversidad genética de la gramínea en el mundo, diversidad que sería una tragedia ecológica que se perdiera.

Lo que está en juego en Río+20



 
Declaracion politica del Grupo de Articulacion de la Cumbre de los Pueblos  

Río de Janeiro, 12 de mayo 2012,
Por la unidad y la movilización de los pueblos 
en defensa de la vida y los bienes comunes, la justicia social y ambiental,
contra la mercantilización de la naturaleza y la "economía verde”


A un mes de la conferencia de Naciones Unidas Río+20, los pueblos del mundo no vemos resultados positivos del proceso de negociación que se está realizando en la conferencia oficial. Allí no se está discutiendo un balance del cumplimiento de los acuerdos tomados en Río 92 ni cómo cambiar las causas de las crisis. El foco de la discusión es un paquete de propuestas llamado engañosamente "economía verde" y la instauración de un nuevo sistema de gobierno ambiental internacional que lo facilite.  

La verdadera causa estructural de las múltiples crisis es el capitalismo, con sus formas clásicas y renovadas de dominación, que concentra la riqueza y produce desigualdades sociales, desempleo, violencia contra los pueblos, criminalización de los que lo denuncian. El sistema de producción y consumo actual - representado por las grandes corporaciones, los mercados financieros y los gobiernos que garantizan su mantenimiento -- produce y profundiza el calentamiento global y la crisis climática, el hambre y la desnutrición, la pérdida de los bosques y la diversidad biológica y sociocultural, la contaminación química, la escasez de agua potable, el aumento de la desertificación de los suelos, la acidificación de los mares, el acaparamiento de tierras y la mercantilización de todos los aspectos de la vida en las ciudades y en el campo.  

La "economía verde", al contrario de lo que pretende sugerir su nombre, es otra fase del proceso de acumulación capitalista. Nada en la "economía verde" cuestiona o sustituye la economía basada en el extractivismo y los combustibles fósiles, ni sus patrones de consumo y producción industrial, sino que extiende la economía explotadora de la gente y el ambiente a nuevos ámbitos, alimentando el mito de que es posible un crecimiento económico infinito.  

El fallido modelo económico, ahora disfrazado de verde, pretende someter todos los ciclos vitales de la naturaleza a las reglas del mercado y al dominio de la tecnología, la privatización y mercantilización de la naturaleza y sus funciones, así como de los conocimientos tradicionales, aumentando los mercados financieros especulativos a través de mercados de carbono, de servicios ambientales, de compensaciones por biodiversidad y el mecanismo REDD+ (Reducción de emisiones por deforestación evitada y degradación de bosques).  

Los transgénicos, los agrotóxicos, la tecnología /Terminator/, los agrocombustibles, la nanotecnología, la biología sintética, la vida artificial, la geoingeniería y la energía nuclear, entre otras, son presentadas como "soluciones tecnológicas" a los límites naturales del planeta y a las múltiples crisis, sin encarar las verdaderas causas que las provocan.   Además se promueve la ampliación del sistema alimentario agroindustrial, que es uno de los mayores factores causantes de las crisis climáticas, ambientales, económicas y sociales, profundizando la especulación con los alimentos, y favoreciendo los intereses de las corporaciones del agronegocio en desmedro de la producción local, campesina, familiar, de los pueblos indígenas y poblaciones tradicionales y afectando la salud de toda las poblaciones.  

Como una estrategia de negociación en la conferencia Rio+20, algunos gobiernos de países ricos están planteando un retroceso de los principios de Rio 92, como el principio de responsabilidades comunes y diferenciadas, el principio de precaución, el derecho a la información y la participación, así como amenazando derechos ya consolidados, como los de los pueblos indígenas y poblaciones tradicionales, campesinos y campesinas, el derecho humano al agua, los derechos de los trabajadores y trabajadoras, de los migrantes, el derecho a la alimentación, a la vivienda, a la ciudad, derechos de la juventud y de las mujeres, el derecho a la salud sexual y reproductiva, a la educación y derechos culturales.  

Asimismo se intenta instalar unos llamados Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) que serán utilizados para promover la "economía verde", debilitando aún más los ya insuficientes Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).  

El proceso oficial propone instaurar formas de gobierno ambiental mundial que sirvan como administradores y facilitadores de esa "economía verde", dando protagonismo al Banco Mundial y otras instituciones financieras públicas o privadas, internacionales y nacionales, lo cual incentivará un nuevo ciclo de endeudamiento y de ajustes estructurales disfrazados de verde. No puede haber una gobernanza global democrática sin terminar con la actual captura corporativa de las Naciones Unidas.  

Repudiamos este proceso y llamamos a fortalecer las movilizaciones y construcción de alternativas en todo el mundo.   Luchamos por un profundo proceso de cambio frente al actual modelo de producción y consumo, concretizando nuestro derecho a desarrollarnos con modelos alternativos, basados en las múltiples realidades y experiencias de los pueblos, auténticamente democráticos, respetando los derechos humanos y colectivos, en armonía con la naturaleza y con justicia social y ambiental.  

Planteamos la afirmación y construcción colectiva de nuevos paradigmas basados en la soberanía alimentaria, la agroecología y la economía solidaria, la defensa de la vida y los bienes comunes, la afirmación de todos los derechos amenazados, el derecho a la tierra y territorio, el derecho a la ciudad, los derechos de la naturaleza y de las futuras generaciones, la eliminación de toda forma de colonialismo e imperialismo.  

Llamamos a los pueblos del mundo a apoyar la lucha del pueblo brasilero contra la destrucción de uno de los principales marcos legales de protección de los bosques (el Código Forestal) lo que abre caminos para una mayor deforestación, a favor de los intereses del agronegocio y de la ampliación de sus monocultivos; y contra la implementación del megaproyecto hidráulico Belo Monte, que está afectando la sobrevivencia y las formas de vida de los pueblos de la selva y la biodiversidad amazónica.  

Reiteramos la convocatoria a participar en la Cumbre de los Pueblos que se realizará del 15 al 23 de junio en Rio de Janeiro, que será un punto importante en la trayectoria de las luchas globales por justicia social y ambiental que estamos construyendo desde Río-92, particularmente a partir de Seattle, FSM, Cochabamba, donde se han catapultado las luchas contra la OMC y el ALCA, por la justicia climática y contra el G-20. Recogemos también las movilizaciones masivas como Occupy, indignados y la primavera árabe.  

Convocamos a la movilización global el 5 de junio (día mundial del medio ambiente), el 18 de junio contra el G20 (que en esta oportunidad se centrará en el "crecimiento verde") y a la marcha de la Cumbre de los Pueblos el 20 de junio, en Río de Janeiro y en el mundo, por la justicia social y ambiental, contra la "economía verde", la mercantilización de la vida y la naturaleza y por la defensa de los bienes comunes y los derechos de los pueblos.   

Grupo de articulación internacional de la Cumbre de los Pueblos por Justicia Social y Ambiental