Declaracion politica del
Grupo de
Articulacion de la Cumbre de los Pueblos
Río de Janeiro, 12 de
mayo 2012,
Por
la
unidad y la movilización de los pueblos
en defensa de la vida y
los bienes
comunes, la justicia social y ambiental,
contra la
mercantilización de la naturaleza
y la "economía verde”
A
un
mes de la conferencia de Naciones Unidas Río+20, los pueblos del
mundo no vemos
resultados positivos del proceso de negociación que se está
realizando en la conferencia
oficial. Allí no se está discutiendo un balance del cumplimiento
de los
acuerdos tomados en Río 92 ni cómo cambiar las causas de las
crisis. El foco de
la discusión es un paquete de propuestas llamado engañosamente
"economía
verde" y la instauración de un nuevo sistema de gobierno
ambiental
internacional que lo facilite.
La
verdadera
causa estructural de las múltiples crisis es el capitalismo, con
sus
formas clásicas y renovadas de dominación, que concentra la
riqueza y produce
desigualdades sociales, desempleo, violencia contra los pueblos,
criminalización de los que lo denuncian. El sistema de
producción y consumo
actual - representado por las grandes corporaciones, los
mercados financieros y
los gobiernos que garantizan su mantenimiento -- produce y
profundiza el
calentamiento global y la crisis climática, el hambre y la
desnutrición, la
pérdida de los bosques y la diversidad biológica y
sociocultural, la
contaminación química, la escasez de agua potable, el aumento de
la
desertificación de los suelos, la acidificación de los mares, el
acaparamiento
de tierras y la mercantilización de todos los aspectos de la
vida en las
ciudades y en el campo.
La
"economía
verde", al contrario de lo que pretende sugerir su nombre,
es otra fase del proceso de acumulación capitalista. Nada en la
"economía
verde" cuestiona o sustituye la economía basada en el
extractivismo y los
combustibles fósiles, ni sus patrones de consumo y producción
industrial, sino
que extiende la economía explotadora de la gente y el ambiente a
nuevos
ámbitos, alimentando el mito de que es posible un crecimiento
económico
infinito.
El
fallido
modelo económico, ahora disfrazado de verde, pretende someter
todos los
ciclos vitales de la naturaleza a las reglas del mercado y al
dominio de la
tecnología, la privatización y mercantilización de la naturaleza
y sus
funciones, así como de los conocimientos tradicionales,
aumentando los mercados
financieros especulativos a través de mercados de carbono, de
servicios
ambientales, de compensaciones por biodiversidad y el mecanismo
REDD+
(Reducción de emisiones por deforestación evitada y degradación
de
bosques).
Los
transgénicos,
los agrotóxicos, la tecnología /Terminator/, los
agrocombustibles, la nanotecnología, la biología sintética, la
vida artificial,
la geoingeniería y la energía nuclear, entre otras, son
presentadas como
"soluciones tecnológicas" a los límites naturales del planeta y
a las
múltiples crisis, sin encarar las verdaderas causas que las
provocan. Además se
promueve la ampliación del sistema
alimentario agroindustrial, que es uno de los mayores factores
causantes de las
crisis climáticas, ambientales, económicas y sociales,
profundizando la
especulación con los alimentos, y favoreciendo los intereses de
las
corporaciones del agronegocio en desmedro de la producción
local, campesina,
familiar, de los pueblos indígenas y poblaciones tradicionales y
afectando la
salud de toda las poblaciones.
Como
una
estrategia de negociación en la conferencia Rio+20, algunos
gobiernos de
países ricos están planteando un retroceso de los principios de
Rio 92, como el
principio de responsabilidades comunes y diferenciadas, el
principio de
precaución, el derecho a la información y la participación, así
como amenazando
derechos ya consolidados, como los de los pueblos indígenas y
poblaciones
tradicionales, campesinos y campesinas, el derecho humano al
agua, los derechos
de los trabajadores y trabajadoras, de los migrantes, el derecho
a la
alimentación, a la vivienda, a la ciudad, derechos de la
juventud y de las
mujeres, el derecho a la salud sexual y reproductiva, a la
educación y derechos
culturales.
Asimismo
se
intenta instalar unos llamados Objetivos de Desarrollo
Sustentable (ODS) que
serán utilizados para promover la "economía verde", debilitando
aún
más los ya insuficientes Objetivos de Desarrollo del Milenio
(ODM).
El
proceso
oficial propone instaurar formas de gobierno ambiental mundial
que
sirvan como administradores y facilitadores de esa "economía
verde",
dando protagonismo al Banco Mundial y otras instituciones
financieras públicas
o privadas, internacionales y nacionales, lo cual incentivará un
nuevo ciclo de
endeudamiento y de ajustes estructurales disfrazados de verde.
No puede haber
una gobernanza global democrática sin terminar con la actual
captura
corporativa de las Naciones Unidas.
Repudiamos
este
proceso y llamamos a fortalecer las movilizaciones y
construcción de
alternativas en todo el mundo.
Luchamos
por un profundo proceso de cambio frente al actual modelo de
producción y
consumo, concretizando nuestro derecho a desarrollarnos con
modelos
alternativos, basados en las múltiples realidades y experiencias
de los
pueblos, auténticamente democráticos, respetando los derechos
humanos y
colectivos, en armonía con la naturaleza y con justicia social y
ambiental.
Planteamos
la
afirmación y construcción colectiva de nuevos paradigmas basados
en la
soberanía alimentaria, la agroecología y la economía solidaria,
la defensa de
la vida y los bienes comunes, la afirmación de todos los
derechos amenazados,
el derecho a la tierra y territorio, el derecho a la ciudad, los
derechos de la
naturaleza y de las futuras generaciones, la eliminación de toda
forma de
colonialismo e imperialismo.
Llamamos
a
los pueblos del mundo a apoyar la lucha del pueblo brasilero
contra la
destrucción de uno de los principales marcos legales de
protección de los
bosques (el Código Forestal) lo que abre caminos para una mayor
deforestación,
a favor de los intereses del agronegocio y de la ampliación de
sus
monocultivos; y contra la implementación del megaproyecto
hidráulico Belo
Monte, que está afectando la sobrevivencia y las formas de vida
de los pueblos
de la selva y la biodiversidad amazónica.
Reiteramos
la
convocatoria a participar en la Cumbre de los Pueblos que se
realizará del
15 al 23 de junio en Rio de Janeiro, que será un punto
importante en la
trayectoria de las luchas globales por justicia social y
ambiental que estamos
construyendo desde Río-92, particularmente a partir de Seattle,
FSM,
Cochabamba, donde se han catapultado las luchas contra la OMC y
el ALCA, por la
justicia climática y contra el G-20. Recogemos también las
movilizaciones
masivas como Occupy, indignados y la primavera árabe.
Convocamos
a
la movilización global el 5 de junio (día mundial del medio
ambiente), el 18
de junio contra el G20 (que en esta oportunidad se centrará en
el
"crecimiento verde") y a la marcha de la Cumbre de los Pueblos
el 20
de junio, en Río de Janeiro y en el mundo, por la justicia
social y ambiental,
contra la "economía verde", la mercantilización de la vida y la
naturaleza y por la defensa de los bienes comunes y los derechos
de los
pueblos.
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