Insisten en 2º período de Protocolo de Kioto
Piden que el Fondo Verde no quede en manos del Banco Mundial. REDD riesgo para Biodiversidad
La alternativa es cambiar el sistema, no el clima
Genaro Bautista / AIPIN
Durban. Representantes indígenas de distintos puntos del Planeta, reivindican sus derechos en la Cumbre Mundial de Cambio Climático, la COP – 17, que inicio el pasado lunes en Sudáfrica y concluye el 9 de diciembre.
Agrupados en el Foro Internacional de Pueblos Indígenas sobre Cambio Climático (FIPICC), las distintas delegaciones, plantean a la Conferencia de las Partes, un segundo período del Protocolo de Kioto 2013 – 2020, y que este sea vinculante de manera obligatoria para todos los países del mundo.
Este acuerdo, exponen, debe incluir medidas que garanticen la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas.
Para ello, afirman, es urgente una muestra de voluntad política de los gobiernos y esta puede en principio considerarse y ser observada, en la anulación de megaproyectos extractivos en territorios indígenas, para frenar y en algún momento revertir, la destrucción de la naturaleza, la “Madre Tierra”, enfatizan.
El FIPICC, califica las negociaciones de complejas y el panorama de sombrío.
Miguel Palacín, de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas, CAOI, comentó que la continuidad del Protocolo de Kioto, la administración del Fondo Verde, REDD, son algunos de los temas sobre los cuales los pueblos indígenas del mundo están enfocando sus energías en el cabildeo.
Palacín Quispe, Coordinador General de la CAOI, y Manuel Castro Mayancela, Coordinador de Educación, Cultura y Comunicación, de esa organización con sede en Perú, calificaron de difíciles las negociaciones, sobre todo en el tema de la continuidad del Protocolo de Kioto.
“Después de las presentaciones sobre los temas fundamentales, como son la creación de un marco institucional para el Fondo Verde y el Protocolo de Kioto, las negociaciones presentan un panorama bastante complejo”.
El balance inicial es que no hay buenos signos de que pueda haber un segundo periodo del Protocolo de Kioto, como lo están reclamando la mayoría de los países, debido a que las naciones desarrolladas se oponen a un nuevo instrumento vinculante y plantean un acuerdo de reducciones voluntarias de los gases de efecto invernadero, señaló Palacín, en un comunicado distribuido por la CAOI.
El tema fue el centro de los debates esta semana que concluye.
En su segunda participación en la COP 17, este 2 de diciembre, Nanta Mpaayei, en representación del Foro Internacional de Pueblos Indígenas sobre Cambio Climático, advirtió, “no podemos permitir que impongan más estafas, chantajes y los mercados de carbono sobre nuestros pueblos con el pretexto de financiamiento”.
Sin embargo, abundó, el Protocolo de Kioto sigue siendo necesario. No tenemos otra alternativa viable, y no tenemos tiempo para esperar algún otro mecanismo.
El sistema de “compromiso y revisión” sigue siendo una mala substitución por verdadera acción climática. ¿Qué tipo de sistema de justicia permitiría que quienes han cometido crímenes, se liberen con la promesa de cometer menos crímenes en el futuro, y después, violan la ley una y otra vez, y no se les sancionan?, preguntó.
“Por el bien del planeta, los países reunidos tienen que comprometerse a un segundo período de compromisos”, sostuvo.
Los retos son inmensos para los delegados indígenas, para que sus propuestas queden dentro de los acuerdos finales de la Cumbre.
En torno al Fondo Verde, existe un consenso generalizado de los pueblos indígenas de que este no sea administrado por el Banco Mundial (BM), es una trampa, señalan.
“Este tema es muy complicado para los países pobres y los países insulares, que no tienen la tecnología ni formas de acceder a estos recursos. Entonces los beneficiarios serían realmente otros, ya que solo podrían acceder al Fondo una vez que hayan cumplido ciertas metas y cuando hayan rendido las cuentas", explicaron.
Manuel Castro anotó que el Fondo Verde debe ser manejado por los gobiernos y no entregado a los sectores privados. “De ninguna manera puede ser administrado por el Banco Mundial”, subrayó el también dirigente de la Confederación Kichwa del Ecuador (ECUARUNARI).
Dijo que el primer punto es respetar la continuidad del Protocolo de Kioto.
Y en relación al Fondo Verde, advirtió que “puede ser una falacia, puede ser un sueño no verdadero; porque al momento de operativizarse puede causar inequidades, incluso puede dividir a los movimientos".
En su oportunidad José Antonio Medina, presidente de la Red Indígena de Turismo de México, consideró que el llamado Fondo Climático Verde, propuesto en la pasada conferencia de Cancún, no se adapta a las formas de vida tradicionales de los pueblos originarios.
"No se está integrando toda la preservación y la adaptación al cambio climático que se está realizando en los pueblos indígenas, y únicamente se está limitando al bosque", expresó Medina.
En un cable de la agencia Prensa Latina, el dirigente afirmó, que en esas comunidades hay otros ecosistemas que también son importantes para el cambio climático, tales como los humedales, los semidesiertos, los desiertos, y sobre todo los elementos de convivencia que existen en los pueblos indígenas.
"No se está hablando de la gente, se está hablando de biodiversidad, no se está hablando de pueblos indígenas, de su estructura, de sus formas de vivir, de organizarse, de sus sistemas tradicionales de cultivo, la medicina tradicional, es decir, todos esos conocimientos de los pueblos que no están siendo consideradas en los planes sobre cambio climático", enfatizó Medina.
El dirigente, del pueblo Mazahua, está participando con otros mexicanos entre los que se encuentran, Elvia Beltrán Villeda, presidenta de la Red HÑa hñú de Hidalgo, Manuel Villalva, Náhuatl, de Morelos, Mónica González, Cucapá de Baja California, Juan Sánchez, Maya de la selva lacandona de Chiapas, así como por Ernesto Mosqueda, Chontal de Tabasco.
Toda la delegación, une sus voces al resto del Foro Internacional Indígena, quienes critican la llamada iniciativa REDD impulsada con más fuerza por el gobierno de su país desde la conferencia de Cancún.
La fórmula REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y/o Degradación), no está incluyendo esta parte de los conocimientos de los pueblos indígenas, comentó José Antonio Medina.
Dicha iniciativa alega que como la deforestación es un factor importante de la crisis climática, hay que compensar económicamente a quienes ya no lo hagan.
Sin embargo, a la vez que las grandes empresas estimulan con recursos financieros a las comunidades que dejen de talar, adquieren los "derechos de emisión" de éstas, para venderlos en un mercado altamente especulativo. Entre los protagonistas de dicha ecuación está la petrolera Shell, apunta en el despacho de Prensa Latina.
En sus argumentos, el FIPICC, sostiene que el enfoque sobre carbono de las política de REDD, promueve el establecimiento de plantaciones de árboles de monocultivo, incluyendo transgénicos, e ignora los valore sociales y culturales de los bosques, lo que conlleva a un grave riesgo de la biodiversidad en los territorios indígenas.
Sentencian que REEDD amenaza la sobrevivencia de los pueblos indígenas y denuncian la hipocresía del programa
Desde la visión del Foro Internacional de Pueblos Indígenas, las soluciones de los gobiernos y ONG’s internacionales para enfrentar los efectos del cambio climático, que continúan basadas en la lógica de mercado, tanto los referidos al mecanismo de desarrollo limpio como las propuestas de REDD+, constituyen nuevas formas de geopolítica económica que amenazan los derechos indígenas, garantizados en múltiples instrumentos internacionales, así como también atentan contra los medios de vida de nuestros pueblos.
Por el contrario, apuntan, REDD+ debe garantizar y respetar los derechos de los pueblos indígenas, los modos tradicionales de vida y la gobernanza consuetudinaria de los bosques.
La postura indígena, que busca incidir de forma propositiva a los delegados que representan a los Estados, apunta a que se detenga la destrucción de la naturaleza y de sus territorios con las actividades extractivas, agroindustrias, biocombustibles y megaproyectos, así como asumir las indemnizaciones correspondientes.
Junto a ello, exigen el reconocimiento y respeto de los conocimientos y los derechos de los pueblos indígenas, implementando las obligaciones y normas internacionales pertinentes, particularmente la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Además, ratifican su firme demanda del consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas como titulares de derechos y la participación plena y efectiva de los interesados, incluyendo comunidades locales en las medidas mencionadas en los párrafos 70 y 72.
Aunque como una certeza para ello, piden que la COP 17, incorpore en sus acuerdos el de garantizar la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas en todos los niveles, respetando la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, preservando en todo momento, el respeto de sus derechos específicos y libertades fundamentales.
Para ello, demandan al Foro Permanente para Cuestiones Indígenas de la ONU, que recomiende a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, en lo particular al Relator Especial sobre los derechos humanos y las libertades fundamentales de los pueblos indígenas, proceda a elaborar un informe con carácter de urgente, donde se informe y se detallen los impactos del Cambio Climático en los Pueblos Indígenas.
Otra de las reivindicaciones en sus intensos cabildeos, es el del Consentimiento Previo, Libre e Informado (CPLI), mismo que debe obtenerse con respecto a cualquier acción de mitigación que se pretenda realizar en sus tierras y territorios.
En general, insisten en que se deben generar mecanismos jurídicos vinculantes obligatorios con inclusión de sus representantes en la toma de decisiones.
Y piden a la COP el establecimiento un grupo de expertos de los pueblos indígenas como parte del Protocolo de Kioto, encargado de dar seguimiento a los compromisos adoptados en la cumbre.
“La alternativa es cambiar el sistema, no el clima”, aseguran, apostando por un nuevo paradigma civilizatorio, por el Buen Vivir, en armonía entre los pueblos y la Madre Naturaleza.
Como parte de su cabildeo, el Foro Internacional de Pueblos Indígenas sobre el Cambio Climático, ha sostenido reuniones con representantes de países del ALBA y México.
El embajador mexicano Luis Alfonso de Alba, habló sobre la reunión realizada en Oaxaca e hizo énfasis en tres temas que desde su perspectiva son claves en Durban.
Alfonso de Alba, detalló que el Protocolo de Kioto, el cumplimiento del acuerdo de Cancún, especialmente el tema de financiamiento y los compromisos futuros, son aspectos que tendrán que verse de manera conjunta.
En tanto, este sábado se organizan debates sobre los Derechos de la Madre Tierra, la justicia climática y los programas REDD por los movimientos sociales en eventos paralelos, organizados en el marco de la Conferencia de partes 17 (COP17) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
A las 10 y media de la mañana, el Instituto del Medio Ambiente Comunidades de Fe de Sudáfrica (SAFCEI, por sus siglas en inglés) ofrece la conferencia “Cambio climático. La tierra es el testimonio, ¿quién debe estar enjuiciado?”, a cargo de Patricia Siemens, abogada dominicana y directora del Centro de Jurisprudencia de la Tierra, y Cormac Cullinan, abogado especialista en medio ambiente que participó en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra proclamada el 22 de abril del 2010 por la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático realizada en Bolivia.
Así, concluye en Sudáfrica esta primer semana intensa para los delegados indígenas quienes se mantienen en que dentro de los resolutivos de Durban, quede incluido el respeto a sus derechos según lo establecido por las correspondientes obligaciones y normas internacionales de derechos humanos, y la Declaración de las Naciones Unidas, al respecto.
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